La boquilla es una de las piezas más importantes, por no decir la más importante del instrumento, ya que es la parte que entra en contacto con los labios del instrumentista, siendo también la que más influye en la calidad del sonido, en las emisiones y en la facilidad para dominar los diferentes registros.
Generalmente, una boquilla con un diámetro (B) más ancho, con una profundidad (D) mayor y un granillo (C) más grande, será mejor para un trompista especializado en registros medios y graves.En caso contrario, cuando B, D y C sean menores, facilitarán la labor de un trompista especializado en registros agudos.
Cuando el borde (véase en la figura la parte comprendida entre A y B) sea menor y más redondeado, facilitará la flexibilidad del instrumentista, pero influirá de forma negativa en el cansancio, resistencia y seguridad del mismo.
Por el contrario, si este borde es más ancho y plano, favorecerá la resistencia y seguridad del trompista y perjudicará la flexibilidad. También, un estrechamiento en la parte interior proporciona más seguridad y precisión en las notas agudas, pero causa un cambio importante en la calidad del sonido, y de ahí que no se utilice mucho.
Los trompistas cambian de instrumento con bastante frecuencia, pero tienden a permanecer con la misma boquilla, a pesar de las carencias que esto supone, debido a que es tan fuerte la adaptación de un trompista a su boquilla que se convierte en parte de uno mismo, y cambiarla se vuelve impensable.
Muchos trompistas han intentado cambiar constantemente la boquilla, pero al final llegan a la conclusión de que no es tan importante la boquilla como el control del instrumentista sobre el propio instrumento.
No hay boquilla perfecta, pero la propia boquilla es siempre preferible a otra que facilite al trompista sobreponerse a su propia técnica.
La elección de la boquilla es algo completamente personal, ya que depende de muchos factores. Primero, de la fisonomía de cada trompista, de sus dientes y sus labios, de sus gustos sobre el sonido que quiere conseguir, de la presión que emplee para tocar e incluso del instrumento con que toque.
El estudiante debe ser bien aconsejado por su profesor, teniendo en cuenta los puntos anteriormente citados, porque como ya hemos dicho, la boquilla es de vital importancia para el trompista.
Actualmente, existen boquillas de dos piezas: por una parte el borde, y por otra el cuerpo, lo que permite hacer diferentes combinaciones para que el trompista pueda encontrar la boquilla más idónea para cada momento o cada tipo de música, teniendo en cuenta que lo más importante es el dominio técnico del trompista. O sea, el estudio.